a. Cocina comunitaria equipada
b. Desayuno variado y abundante

a. Falta de aire acondicionado
b. Televisión solo en alemán

La atención del personal fue excepcional.

ubicación céntrica, cocina comunitaria bien equipada, áreas comunes para socializar

Faltó mejor mantenimiento a las habitaciones, especialmente a la calefacción que no funcionaba bien!!! Las duchas a veces tenían problemas de variabilidad en la temperatura del agua!!! Además, el ruido del tráfico puede ser molesto por las noches!!!

Ubicación excelente, a solo 15 minutos a pie del centro. Habitación cómoda y con buena limpieza. Desayuno rico y con opciones variadas. La atención del personal, de a ¡título de lujo! Sin embargo, un poco de ruido por la calle en las noches.

excelente acceso a parques y atracciones en el centro de viena

La ubicación es simplemente perfecta, a solo 15 minutos a pie del centro histórico de viena y muy cerca del prater, donde puedes disfrutar de una maravillosa vista desde la famosa noria. además, pude descubrir restaurantes variados a poca distancia, lo que hizo mis paseos aún más agradables.

en este hotel me esperaba un trato de lujo y solo recibí mediocridad. la limpieza dejó mucho que desear, encontré el baño sucio y tuve que limpiar yo mismo. además, la falta de aire acondicionado es inaceptable en verano. no entiendo por qué no ofrecen una botella de agua de cortesía, me habría hecho sentir un poco más especial. casi escribo una buena reseña, pero no pude.

El Meininger Hotel tiene una cocina compartida excelente para preparar tus comidas y hacer amigos. Además, está muy cerca de la estación de metro. La idea de no cambiar sábanas y toallas todos los días es genial y ecológica. disfrutamos de las vistas desde nuestra habitación durante la estancia de siete noches.

lo puedo recomendar

me alojé aquí por tres noches y la experiencia fue genial. la habitación era amplia y moderna, con baños renovados, lo cual me sorprendió gratamente. la cocina compartida era una gran ventaja para preparar comidas y conocí a gente interesante durante mi estancia.

falta de aire acondicionado en la habitación.

La cocina comunitaria estaba bien equipada y siempre limpia. Además, la ubicación es excelente, a solo 15 minutos de la catedral de San Esteban y cerca del Prater, donde puedes montar en la famosa noria. El ambiente es ideal para relajarse con amigos después de explorar la ciudad.

El desayuno es el mismo cada día y no hay muchas opciones cerca del hotel para desayunar, así que es mejor que compren comida y cocinen en la cocina ya que el desayuno es algo caro.

Ubicación perfecta para explorar Viena

La verdad es que la ubicación es un lujo, todo cerca para poder patear la ciudad. La habitación era amplia y estaba bien equipada, y un plus fue el snack bar que me salvó un par de veces. Eso sí, la decoración es un poco extraña, como de museo de Sissi. Pero en general, una buena experiencia.

El internet es rápido y hay un bar muy agradable. Mala organización para guardar maletas.

gran experiencia de interacción cultural a través de la cocina compartida

cocina compartida, servicios amigables

ruido nocturno

El hotel es bastante cómodo y tiene buenas instalaciones. La cocina comunitaria es uno de los mejores puntos, siempre estaba limpia y bien equipada. preparar mis propias comidas fue muy conveniente. Las habitaciones son amplias y bien organizadas, me gustó especialmente la decoración, aunque es un poco peculiar. Tuve la suerte de tener una habitación con una excelente vista a la calle. Sin embargo, noté que la limpieza no era la mejor, en varias ocasiones no se retiraron residuos de la habitación. El desayuno era básico, aunque había opciones suficientes, me gustaría más variedad. La ubicación es excelente, se puede llegar al centro en 20 minutos caminando, pero podría ser ruidoso por las noches debido al tráfico. En general, disfruté mi estancia, aunque hay aspectos que podrían mejorar como la limpieza y el desayuno.

La ubicación es bastante conveniente, en un barrio tranquilo con un supermercado al lado y a poca distancia de la zona turística. La cocina compartida está bien equipada, lo que permite preparar comidas y compartir con otros viajeros, haciendo la estancia más amena.

El precio me pareció excesivo para lo que recibí. 703€ por dos habitaciones triples durante tres noches no se justifica. las toallas y sábanas parecían usadas, y tuve que solicitar que limpiaran después de llegar a una habitación con el baño sucio. Además, las habitaciones no tenían ventanas y la ventilación era deficiente, lo que hizo que la estancia fuera aún más incómoda.